Heber Ocaña Granados

Los pueblos jóvenes de la zona norte de Huarmey, durante el proceso de elevación a la categoría de provincia del entonces distrito huarmeyano, también estuvieron a punto de ascender de categoría, pero por cuestiones técnicas el sueño quedó plasmado en papeles y en buenas intenciones. Pero a partir del ascenso de distrito a Provincia, los pueblos jóvenes han logrado diversas transformaciones y evoluciones con características notorias, que es bueno rememorar para equilibrar el pasado con el presente y dejar constancia para el futuro, pero dejando en claro, que no ha sido ni es suficiente para el tiempo de vida que tienen cada asentamiento humano, es decir, el proceso de desarrollo tiene una discontinua presencia en los intereses de quienes direccionan el futuro de la provincia.

Uno de los logros resaltables, es el Título de propiedad que recibieron los pobladores (a inicio de la década de los 90) que venían ocupando sus terrenos de manera informal. La posibilidad de regularizar su propiedad con reconocimiento en el registro legal de la Municipalidad provincial y luego en los Registros Públicos, era una buena señal, para que los propietarios de las viviendas de los pueblos jóvenes, pudieran ser sujetos a créditos ante cualquier banca crediticia y poder establecer un negocio o mejorar sus propiedades. Ya podrían utilizar sus bienes como garantía para una hipoteca y eso, era muy favorable para mejor la calidad de vida de sus descendientes.

Dentro de los 40 años como provincia, los pueblos jóvenes han sabido experimentar cambios sociales muy estimulantes para su prosperidad, aunque también debemos de reconocer que el proceso es lento, a comparación de otros pueblos jóvenes del territorio peruano.

La llegada del proyecto de alcantarillado a los asentamientos humanos de la zona norte de la ciudad de Huarmey, fue otros de los proyectos que suscitó gran interés entre los pobladores, porque se cerraría el trinomio de los servicios básicos al que todo centro poblado anhela: Agua, electrificación y alcantarillado. Con el desarrollo del proyecto, los pueblos jóvenes cerrarían aquellas páginas que tantas luchas les habían costado, de ahí vendrían otras jornadas porqué organizarse y porqué luchar. A raíz de la llegada del alcantarillado a los pueblos jóvenes, los que vendrían después a poblar las zonas eriazas de cada asentamiento humano, les sería y es más fácil gestionar la tenencia de los servicios básicos en su domicilio.

La educación es uno de los aspectos que también ha sabido contribuir a señalar el derrotero hacia el cual se encamina la provincia de la cordialidad, en los dos pueblos jóvenes de mayor población, ya se tiene el nivel secundario, aunque es bueno señalar, que antes que Huarmey sea provincia, en el Pueblo Joven La Victoria ya existía el nivel secundario; es en el pueblo Joven Santo Domingo donde el nivel secundario llegó 13 años después, de haberse creado la provincia huarmeyana.

Los pueblos jóvenes también han asumido ciertos ideales en torno al compromiso de sumar esfuerzos para cumplir la tarea de lograr la prosperidad y la convivencia pacífica en todo el territorio provincial, aspecto que creemos es una constante en el espíritu de cada poblador, pero por parte de sus autoridades y las instituciones tutelares de la sociedad peruana, se muestra que su desarrollo no ha sido notable en sus más de 50 años de vida como asentamientos humanos.

Los pobladores de los asentamientos humanos no son ajenos a las grandes hazañas y gestas que el pueblo huarmeyano en su conjunto, ha venido convocando en éstos últimos 20 años; la suma de esfuerzos también ha venido en la participación de sus hijos, muchos de ellos han liderado iniciativas que han tratado de forjar un Huarmey más sólido y más estable, aunque no toda lucha haya tenido resultados agradables y fructíferas consecuencias, pero la participación de los pobladores de los barrios marginales de Huarmey, han dado su granito de arena en la lucha reivindicativa que los huarmeyanos enfrentaron a la transnacional Antamina, a finales del XX e inicios del XXI.

Los pueblos jóvenes han aportado líderes en todas las áreas del desarrollo humano, que han asumido cargos desde alcalde, regidores, escritores, poetas, artistas populares, sindicalistas, dirigentes provinciales y nacionales, entre otros, que han demostrado que el compromiso no solo es con su entorno social más cercano, sino también con todo el territorio provincial y nacional.