“En tiempo de los Reyes Incas había tanta vigilancia en guardar aquellas aves, que al tiempo de la cría, a nadie le era lícito entrar en aquellas islas, sopena de la vida, porque no las asombrasen y echasen de sus nidos. Tampoco era lícito, matarlas en ningún tiempo, dentro ni fuera de las islas” - Inca Garcilaso de la Vega.
La chuita y el guanay son aves marinas de distintas especies.

                                                                                       Heber Ocaña Granados

Por muchos años los pescadores de Huarmey y toda la población, llaman chuita al guanay, craso error de los huarmeyanos; prácticamente es una vieja y mala costumbre llamarla así a la otrora “Ave más valiosa del mundo” o llamada también, el “Cormorán peruano”, tales calificativos fueron hechas por los científicos en los años 20 del siglo pasado, por ser el ave predominante en la producción del guano de isla que en 1956, llego a un promedio de población de 30 millones de aves en todo el litoral peruano, produciendo 332,000 toneladas de guano; los años siguientes, su población iba disminuyendo y por ende también la producción del fertilizante marino.

La confusión de la chuita con el guanay, deviene del siglo pasado y ésta confusión no solo es a nivel de los pescadores, sino que también dentro del grupo de científicos que han estudiado las diversas aves marinas, especialmente al género de las aves suliformes de la familia Phalacrocoracidae, conocidas vulgarmente como cormoranes. Se les llama aves suliformes porque son aves acuáticas que capturan peces zambulléndose bajo el agua.

En realidad la chuita y el guanay son familia, que guardan cierto parecido en su plumaje por eso es la confusión, pero la chuita ha sido agrupada dentro de la especie científica Phalacrocorax gaimardi que tiene un plumaje y hábito similar al del guanay, pudiéndolo distinguir por sus alas de un color pardo-marrón con manchitas blancas esparcidas y tiene por costumbre de volar junto a bandadas de guanayes, por eso quizá viene la designación de chuita al guanay.

La chuita y el guanay por ejemplo, tienen costumbres distintas de anidar, el guanay lo hace a pampa abierta de las islas, mientras que la chuita busca lugares donde una roca sobresaliente le sirva como techo para proteger su nido de los ataques que vienen desde arriba de parte de los buitres.

Guanay pelados y por pelar, que fueron decomisados por la pnp de huarmey.

El médico suizo Johann Jacob von Tschudi, llega a Perú en 1838 y en 1842, visita las islas del sur peruano, que luego mencionaría en su relato, solo de la chuita, pero no del guanay; el científico alemán E. Schweigger, supone que las islas visitadas por Von Tschudi, podrían haber sido de Chincha.

El científico naturalista escocés Henry Ogg Forbes (1851 – 1932) fue elegido por la Peruvian Corporation para que estudiara las poblaciones de las aves guaneras, entre 1911 y 1912, para determinar la mejor política para “conservación e incremento” de éstas aves marinas valiosas, en su informe final de mayo de 1913, reconoce que el Fenómeno Natural El Niño y las enfermedades, eran un peligro latente para la existencia de las aves, agregaba además, que la mayor amenaza de las aves guaneras eran los pescadores costeros, por lo que recomendó organizar al estado peruano, una fuerza para custodiar las islas guaneras y mantenerlas en “una situación de paz perfecta”, en ese mismo informe manifiesta que, por retirarse a peñascos y barrancos, la chuita, es de poco valor en la producción de guano.

Al guanay se le conoce con el nombre científico de Phalacrocorax bouganvillei y el término guanay, presume el Dr. Murphy, es una palabra quechua “que se designa un productor de guano, lo que implica que en los antiguos tiempos, como en los actuales (1926), ocupaba esta especie una posición incomparable” y asevera también que, “estrictamente los guanayes son animales de la corriente de Humboldt” cuyas aguas son frías.

Las aves guaneras, son aves protegidas desde tiempos de los incas, el Inca Garcilaso de la Vega detalla en sus Comentarios Reales lo siguiente: “En tiempo de los Reyes Incas había tanta vigilancia en guardar aquellas aves, que al tiempo de la cría, a nadie le era lícito entrar en aquellas islas, sopena de la vida, porque no las asombrasen y echasen de sus nidos. Tampoco era lícito, matarlas en ningún tiempo, dentro ni fuera de las islas”, siendo la pena de muerte para quien contraviniera la orden.

Dentro del ecosistema marino de la costa huarmeyana, existen ambas aves, tanto el guanay como la chuita, pero están consideradas como aves en peligro de extinción, por tanto, merece el cuidado y el respeto a su hábitat, aún cuando los huarmeyanos se jactan de tener un plato exquisito, preparado a base del guanay, que muchas veces lo confunden con la chuita, como ya lo hemos señalado líneas arriba; ya desde 1912 se hablaba que el hombre es el mayor depredador, por ello en 1925, el Dr. Murphy decía que, “El hombre… es capaz de agotar cualquier recurso natural de fácil vulnerabilidad” y eso está ocurriendo ahora mismo con el guanay y la chuita. Cuidémosla.


Bibliografía:

http://avesecologaymedioambiente.blogspot.com/2015/10/henry-ogg-forbes-1851-1932-conservacion.html