Por Heber Ocaña Granados

Antes de la Segunda Guerra Mundial, (1939 – 1945) “la pesca en el Perú no pasaba de un humilde menester en caletas de pescadores en pueblos perdidos en la costa del Perú, con embarcaciones que no tienen la menor importancia. Es a raíz de la Segunda Guerra Mundial, en que primero se industrializa el hígado de bonito y en seguida se filetea el bonito mismo y se manda en barriles con sal, en que esta actividad se convierte en industria propiamente dicha; y cuando el capital privado entra a contribuir en esta actividad, le da el volumen que rápidamente se expande hasta convertirse en la primera del mundo”. Así lo señala el arquitecto naval y Consultor del Lloyd de Londres, Ing. Santiago Villanueva en el Symposium “El Desarrollo de la Pesquería en el Perú”, organizado por la Facultad de Zootecnia de la Universidad Agraria, desarrollado en la ciudad de Lima del 05 al 10 de noviembre de 1962.    

Entre otras cosas importantes que manifestó el Ingeniero Santiago Villanueva en el mencionado Symposium, relacionado al crecimiento de la industria pesquera del Perú, es cuando señala que, “recién en el periodo del 41 al 42 cuando aparece la idea de hacer las primeras lanchas bolicheras. Ese fenómeno, esa primera contribución a la industria pesquera del Perú, la debemos al esfuerzo aunado de tres personas: el Gerente de la Corporación Peruana de vapores, en ese entonces el señor Cesar Gordillo, que era un entusiasta de la construcción naval; al Ing. Alemán Heinrich, que era mi jefe en aquellos años y el Ing. Enrique del Solar, que acababa de llegar del Japón y que traía ideas nuevas sobre esta actividad que en el Perú no se conocía”

Luego de la exposición de cada ponente del Symposium, los asistentes tenían la posibilidad de hacer preguntas o algunos aportes relacionados al tema, es ahí cuando el Ing. Agrónomo y miembro de la Oficina de Planeamiento del Ministerio de Agricultura Humberto López Cavero, asistente al evento, hace una acotación interesante, aclarándole al expositor Ing. Santiago Villanueva sobre algunos puntos de su exposición y señala: “Siento sí que en este simposium no se haya considerado algo de la historia de la pesquería del Perú, de su desarrollo, que en realidad se inicia, como bien han dicho otros expositores, con la Segunda Guerra Mundial; omisiones o errores que es interesante señalar, ya que la historia no es un cuento sino es la experiencia de todos los hombres y, en particular, de sus fracasos y de cómo se llegó al éxito. En esta oportunidad el Sr. Villanueva señaló el año 1942 como el de la iniciación de los barcos pesqueros que usaban las redes de boliche. Desconozco e ignoraba este hecho, pero si quiero señalar que, posterior a esa fecha, hubo varios ensayos dos particulares del Pacific Queen, de usar las redes de encierro, que fue un fracaso desde el punto de vista económico, pero una experiencia de lo que no se debía hacer. El segundo que conozco de cerca como lo conocen aquí el Dr. Vecorena, el Dr. Sánchez, los que hemos elaborado en esos primeros años en el Gobierno, fue con unas embarcaciones cuya intención fue obtener carnada para los pescadores de atún; fracasó por cuestión de diseño en particular, el cual se pidió al extranjero y que tuvo una interpretación muy personal del ambiente y el medio en que se iban a usar y, en parte también, a la organización, que no funcionó.

Sí, quiero señalar aquí, en honor a la historia, que fue el año 1947 en que con dinero del Gobierno se inicia el uso del parejo que iba a permitir, más adelante, la pesca de la anchoveta. Este hecho fue en el año 1947 y fue la autoridad del gobierno en ese entonces, la Dirección de Pesquería, que señaló el Puerto de Huarmey al grupo, que muchos aquí conocen, de vascos dirigidos como promotor por el Sr. Epifanio Sofra y dos patrones de lanchas vascos que habían estado laborando en Chile. Estos, con sus familias, grupo como de 15, fueron los que hicieron la primera red de encierro, llamada boliche, con dos lanchas de doble tren que se compró al Sr. Lago, hoy (1962) en España, ya retirado; fue uno de los fundadores y es chalaco. Estas dos lanchas, por su dimensión, creo que era alrededor de 40 pies, eran inoperantes para la red agallera, pero se adquirieron; y es una anécdota cómo se hizo en estas dos lanchas de doble proa, se adaptaron, se hizo una popa y se pescó por primera vez con éxito económico en Huarmey.

Allí es bueno señalar que se inicia el uso de este aparejo el año 47, que permite más adelante el desarrollo de esta industria, hoy tan floreciente, que no hay que olvidar a estos vascos, que enseñaron a pescar y los primeros patrones de lanchas que salieron, fueron de Huarmey, caleta tradicional de pescadores y allí fue donde se enseñó a pescar con esa red y de allí es que vino la experiencia en el mar y en la producción para pescar económicamente, se entiende, con este tipo de lancha que no tenía nada de arquitectura naval sino la experiencia de estos pescadores vascos, tradicionales en su capacidad. Eso es todo, muchas gracias.”

Es así como termina su participación el Sr. Humberto López Cavero, contando una verdad, su verdad, su experiencia sobre la puesta en funcionamiento del primer boliche peruano, construido en Puerto Huarmey; esta demás decir, que Huarmey es tierra de pescadores desde tiempos inmemoriales, la sabia paciencia del pescador y su relación con la mar viene ceñido en los genes del buen huarmeyano, de ese hombre que se hace a la mar desde muy temprano y por largos días alejados del bullicio terrenal y de las querendonas expresiones de la familia y amigos vespertinos.

El porteño de hoy, debe sentir ese orgullo nativo de estar ubicado en el lugar donde salieron los primeros patrones de lanchas, donde se enseñó a pescar con esa red de encierro, llamada boliche, que fue la contribución definitiva en la producción y el desarrollo de la pesca en el Perú, direccionado a la contribución y crecimiento económico del país.

Bien es sabido que el inca consumía pescado en el Cuzco, que eran llevados por los chasquis desde la costa, por lo que bien podemos decir que el Perú, fue pesquero desde sus orígenes y que tuvo un receso durante la conquista y los primeros 100 o 120 años de la era republicana, fue recién, después de 1930, que nuevamente empezó a despertar y todo por una mera y sencilla casualidad, hasta convertirse en el primer productor de harina de pescado en el mundo, en que Puerto Huarmey y Caleta Culebras contribuyeron a ésta denominación.