Verdes mis algarrobos verdes, 

Verdes como la fe de la esperanza.

canción popular: MIS ALGARROBOS - Cholo Berrocal.

DE HUARMEY Y SUS ALGARROBOS.

                                                                             Por Heber Ocaña Granados

La mitología señala que del propio árbol del algarrobo se creó el indio mochica, apareciendo en estado solemne, elegante y con una grandeza, capaz de infundir admiración y respeto, por eso se dice que:

“el algarrobo es Dios: él jamás llora; el algarrobo es Diablo: nunca reza; no necesita nada en su grandeza; nada pide jamás, ni nada implora.

El algarrobo es Dios, desafiante y austero, solo fuerte, nace y crece donde la aridez de la tierra nada ofrece; majestuoso y solemne se fortifica con la propia arena candente, con la arena muerta, que no produce y realiza el milagro de vivir de la nada.

El algarrobo es diablo. Lo demuestra así su indestructibilidad: es eterno como el mal, y se burla del tiempo, domina a la tierra y se ríe de la naturaleza”. (Augusto León Barandiarán)

Sus mitos y leyendas de este portentoso árbol, muestran desafiante, árbol caracterizado por ser longevo y que pertenece a la familia al orden de las leguminosas, se dice también que tiene una gran capacidad para vivir en el desierto, debido a su habilidad para captar nitrógeno y agua por sus largas raíces, Augusto León Barandiarán señala que tiene personalidad de humano, del indio:

“En su aspecto morfológico tiene la corteza broncínea como el color del indio; el corazón rojizo del árbol representa la sangre del mochica y sus espinas y aguijones son los cabellos hirsutos del yunga. El algarrobo primero se rompe antes que doblarse y el indio muere con su secreto… duro es el corazón del árbol como es impenetrable el pensamiento del indio; el árbol no permite que a sus expensas viva planta alguna, como la civilización nombrada que no permitió extrañas influencias, y así como ella no se cansa de esperar nunca la resurrección de su antiguo poderío, tampoco el árbol se fatiga de retar al sol y de lidiar con la arena. Y así juntos ambos, desafiando al tiempo y a la muerte, son uno solo en esencia y un bosque es una raza…”

Algarrobo al pie de la carretera del valle huarmey.

En tiempos muy antiguos, el algarrobo abundaba en todo el valle de Huarmey, siendo de mucha utilidad en la vida cotidiana de los lugareños.

En su trabado de investigación y prospección del complejo arqueológico El Campanario, publicado en "Arqueología y sociedad 26", de octubre del 2013, el arqueólogo Enrique Zavaleta, considerado también un excelente huarmeyanista, y su colega Roció del Pilar Sánchez Mendoza, manifiestan que El Campanario fue un Centro Administrativo y religioso del valle de Huarmey, además señalan que, “en el frontis oeste, de esta plataforma, en la cabecera del primer muro que lo rodea; se observan incrustados horizontalmente varas de algarrobo, quizá se trata de componentes de las técnicas constructivas o vigas que soportan una cubierta” (Zavaleta 2013).

El complejo arqueológico El Campanario, según los estudios de Zavaleta y Sánchez, pudo “imperar en el valle de Huarmey entre los siglos XI a XIV d.C.” ello significa la presencia ancestral del algarrobo en Huarmey, por lo tanto es un árbol muy familiarizado con la costumbre del huarmeyano desde tiempos remotos. Tan familiarizado que, no había ni lugareño que no tuviera un árbol en sus predios agrícolas, por muchas razones: para sombrearse en tiempo de intensos veranos, para alimentos para el ganado o más expresamente para convertirlos en leña para el fogón o para carbón de leña.

Y para reforzar lo dicho, veamos el estudio, titulado: “El Castillo de Huarmey: Una plataforma funeraria del horizonte medio” de Heiko Prumers, donde manifiesta que “En tiempos de la colonia el valle (Huarmey) estaba densamente cubierta de árboles, los que han desaparecido debido a la tala sistemática para la venta de leña y carbón vegetal destinados a Lima durante el siglo pasado”

Huarmey, en su pasado, ha tenido arboledas de algarrobos, tal como lo señala el Dominico Reginaldo de Lizárraga, en su libro: “Descripción del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile” que Huarmey “es mejor valle y de más indios, con puerto no muy seguro por la mar… tiene mucho pescado, mucha arboleda, algarrobas que se llevan a Los Reyes para las carretas, y yo vi desde este valle llevarse navíos cargados a Los Reyes de carbón, que no era poco provechoso a la ciudad y al señor del navío, llamado carbonero.” El dominico Reginaldo de Lizárraga, pasó por Huarmey en su juventud, entre los años de 1565 a 1570, habiendo nacido “hacia el año 1539 ó 1540 en la extremeña ciudad de Medellin” – (Edición de Ignacio Ballesteros - 2002).

Así mismo, José de la Riva-Agüero, en sus “Estudios de Historia peruana – La conquista y el virreinato” señala que: “Huarmey tenía algarrobos y abundancia de caballos, ganado de cerda y buen pescado”, como podemos apreciar, Riva-agüero, escribe similar a lo descrito por el dominico Lizárraga, sobre los algarrobos de Huarmey.

Restaurante campestre al pie del camino del valle huarmey.

En su estudio “Historia y evolución de la ordenación forestal – una aproximación” Julio C. Buenaño Olivo, señala que, “En un comienzo, la leña de la cual se abastecía Lima se tomaba de un radio de tres leguas y posteriormente de cinco hasta agotarla; luego , desde el valle de Huarmey se traería por mar hasta el Callao, y de allí en carretas hasta Lima”, así mismo indica: “Durante los siglos XVII, XVIII y XIX se puede apreciar a través de distintos documentos, que los recursos forestales se continuaban aprovechando de una manera desmedida, haciendo caso omiso a las distintas disposiciones que se sucedieron. Es así, que una vez agotado el algarrobo de los bosques de Lima, la provincia de Huarmey se convirtió en el principal abastecedor de esta especie.”

Durante la ejecución del Proyecto Arqueológico Huarmey, que se realizó durante los años 70 y estaba integrado por Duccio Bonavia, Alexander Grobman entre otros, el yacimiento PV35-4, un campamento del Horizonte Medio, fue descubierto en diciembre de 1976, aún cuando el sitio no estaba en los planes del Proyecto Arqueológico Huarmey, el sitio se encuentra ubicado en el lugar llamado Huanchaquito, en ese lugar se pudo encontrar “veintiún semillas de algarrobo, Prosopis pallida, con su endocarpio… Esta es una planta que crece silvestre, pero que fue utilizada por el hombre”, señala Bonavia y explica que, “La especie P. pallida es común en el departamento de Ancash entre el nivel del mar y los 1 500 m de altitud y es frecuente en los pedregales secos al borde del valle de Huarmey.”

Duccio Bonavia manifiesta que, en Tuquillo también “se puede ver que allí se encontró también maíz, chirimoya, algarrobo y mates”, manifestando que allí la ocupación fue durante un largo período de tiempo… constatando “que la dieta de este grupo fue buena”“por su parte el algarrobo era otra planta muy nutritiva por su contenido de proteínas y aceites”. Al algarrobo “nosotros lo hemos denominado como planta “estimulada” dado que por su importancia, si bien no es completamente domestica, el hombre ha influido e influye siempre más sobre ella… el algarrobo, da frutos abundantes pues tiene hasta dos cosechas al año, es una planta resistente a las sequías y tiene un mesocarpio muy dulce y carnoso que lo hace aprovechable como alimento humano y como forraje… En efecto, su vaina es comestible, es empleada para la preparación de algarrobina y ciertas bebidas y es utilizada en la farmacopea popular. Sus hojas son usadas como forraje. Es una fuente importante de carbohidratos y proteínas. Su leña es un combustible que tiene un valor calorífico muy alto, produce poca ceniza, escaso humo y le da un sabor muy especial a la comida. Además se aprovechan sus hojas como abono (Díaz Celis, 1995: 153-173; National Academy of Sciences, 1979: 155-156). Por la presencia de semillas y una vaina completa en excelente estado de conservación en nuestro campamento, no cabe duda que fue utilizada como alimento.

algarrobos frente al cementerio de huarmey.

Importantes detalles y características menciona Duccio Bonavia sobre el algarrobo, en la actualidad (2015), en todo el trayecto del valle Huarmey, se ven muy pocos árboles de algarrobos, la tala indiscriminada de muchos siglos de éste imponente árbol benéfico en todo el sentido de la palabra, ha hecho que su presencia sea escasa y dispersa, convirtiendo en frágil y vulnerable, todo el trayecto del valle Huarmey, sujeto a inundaciones en tiempo de venida de las aguas, más aún, si se vocifera con anuncios a los cuatro vientos, la llegada del fenómeno El niño.