Huarmey, en otrora tiempo, cuando vislumbraba el pensamiento, ha estado al pie de la historia; eran otros tiempos, donde la sencillez, la fraternidad, la honestidad se prodigaban unos a otros...
LA LUCHA REIVINDICATORIA DE LA MUJER HUARMEYANA.

                                                                                   Por Heber Ocaña Granados.

Huarmey, en otrora tiempo, cuando vislumbraba el pensamiento, ha estado al pie de la historia; eran otros tiempos, donde la sencillez, la fraternidad, la honestidad se prodigaban unos a otros; cuando la vida en comunidad era autentica y progresista, hasta seguramente la maldad y la envidia existían, pero con menor intensidad y rango, no como en estos tiempos, donde el uno mira al otro, con la finalidad de verlo caído y tirado en el suelo, literalmente hablando.

Huarmey, por esos tiempos, sí era cordial, no solo era una frase promocional y vendible, la frase se invento en esta generación, probablemente a finales del siglo XX, para disimular su bravuconada soñolienta, su alicaído espíritu desalmado y ruin, siendo propulsor de constantes divisionismos, tras sus intereses mezquinos y personales; en otrora tiempo, donde la lucha era continua y permanente por reivindicaciones sociales, políticas, culturales y educativas, Huarmey, estaba justo a la hora de su tiempo, en el mismo lugar donde tenía que estar, no solo para luchar por sus propios intereses, sino para estar junto a quienes luchaban por todo un país, en esos tiempos, no estaba exento de nada, no solo le interesa lo suyo, también se plegaba a jornadas de lucha de reivindicaciones nacionales.

En 1916 los jornaleros de Huacho, desarrollaron una huelga con la finalidad de obtener una jornada laboral de 8 horas, gracias a esa lucha, dicen las fuentes escritas de la historia peruana, Huacho fue el primer lugar donde se conquisto las 8 horas de trabajo en el Perú, en Lima, recién se conquisto las 8 horas diarias, 3 años después, en enero de 1919.

En 1918, en la ciudad de Huacho, se crea el Centro Femenino “Luz y Libertad” Presidida por Luzmila La Rosa y de tendencia anarquista, cuya finalidad era "trabajar por la cultura del obrero, en especial de la mujer, logró instalar su biblioteca sociológica". Incluso, dice Aída García Naranjo, “antes de que se fundaran las universidades populares bajo prédica aprista y socialista, casi todas las experiencias de las bibliotecas y los centros culturales obreros eran proyectadas, constituidas y desarrolladas por las obreras”. La iniciativa huachana tuvo eco en diferentes puntos de la costa centro peruana, creándose en el Callao, el “Centro Femenino”, en Supe “Centro Femenino Libertario” y en Huarmey, El Centro Femenino “Unión y Libertad”.

Como se puede apreciar, el centro femenino de Huacho, tiene cierta similitud con el nombre del centro femenino de Huarmey, ambos usan la palabra “Libertad”, eso nos dice que, mucho tenía que ver la actitud reivindicativa de las mujeres de Huacho en el trabajo y compromiso de lucha de las mujeres huarmeyanas, lo más probable es que haya existido una fluida coordinación en todos los menesteres que las mujeres huachanas realizaban, para que las mujeres huarmeyanas de aquel entonces, sean también parte de todas las jornadas de reivindicación que se gestaba en la costa central del Perú, liderado por el pueblo vecino de Huacho.