UNA CRÓNICA DEL POETA PERUANO CARLOS ALFONSO RODRIGUEZ - Escrita en Lima el 22 de abril de 2013.

En el barrio 2 de Mayo de Huarmey en donde pasó la infancia el futbolista Mariano Loo y en donde tuvo su primer equipo, sus primeros amores y triunfos, sus aventuras futbolistas detrás de un balón de trapo primero y de cuero después, jugando en terrales y pampas en donde entonces terminaba Huarmey. Otras veces el pequeño Mariano loo peloteaba en la pampita que entonces era otro terral cerca al río, en donde ahora se encuentra el Colegio Nacional José Carlos Mariátegui, pero al que algunos habitantes o huarmeyanos todavía le dicen “la pampita” recordando el viejo o antiguo lugar que la nueva urbe definitivamente desplazó.

He quedado en encontrarme con esta leyenda futbolística huarmeyana y nacional, a las tres de la tarde y exactamente a esa hora me estaba esperando con una puntualidad que es poco común en nuestro medio, pero que es agradable recibirla o conocerla. Mariano Loo vive en Huarmey en donde nació, creció y triunfó, para luego extender su fama y calidad futbolística en otras canchas y países, porque Mariano Loo jugó partidos internacionales en el conocido evento de la Copa Libertadores de América defendiendo las camisetas del Deportivo Arica, Sport Boys y el Unión Huaral.

Mariano Loo Granda nació el 8 de agosto de 1943 en Huarmey en ese rico valle agrícola del norte en donde se conjuga simétricamente la vida campestre y marina, que es en verdad uno de los atractivos más notorios que tiene la Capital de la Cordialidad y que aquel que lo conoce no deja de volver a visitarlo, recorrerlo y conocerlo, para beneplácito de sus habitantes, residentes y visitantes.

Fue el ídolo de una generación que amó el fútbol obsesivamente, porque fue testigo del derroche que imprimían en sus camisetas los futbolistas en cada partido que jugaban con entrega y pasión, fue también la época en la que apareció una brillante generación de deportistas que destacaron nacional e internacionalmente. Yo que de niño como cientos y miles de niños coleccionábamos álbumes deportivos y conocíamos de memoria la trayectoria de cada uno de estos ídolos cuando supe que Mariano Loo vivía en la pequeña ciudad en donde me encontraba salí como un tiro a buscar una entrevista y conversación con el mencionado personaje en ese momento, porque para después podría ser demasiado tarde, felizmente la gente me orientó acertadamente donde poder encontrarlo.

Quiero contar también que Huarmey es un pueblo que tiene una vieja tradición futbolística que data desde tiempo atrás a la obtención del memorable cuarto lugar en el torneo entre selecciones de departamentos que antes existía y que el año de 1952 la selección de Huarmey representando al departamento de Ancash se ubicó en cuarto lugar haciéndose merecedor de un trofeo que los sobrevivientes de aquella selección conservan con inocultable orgullo hasta el sol de hoy. Fue un grupo de futbolistas que lograron su participación por méritos propios y que le ganó por goleada a la selección de Lima 5-3 hasta ese momento favorita al título, pero desde esa derrota desprestigiada selección. Ese grupo de bravos futbolistas en realidad esa noche -pues se estrenaba el alumbrado del estadio Nacional- sacaron del anonimato injusto al cual el resto del país tenía a Huarmey, porque a partir de entonces el resto del país y el continente se enteró que existía en el norte un pequeño pueblo a orillas del mar llamado Huarmey.

El propio Mariano Loo que entonces tenía poco más de 9 años de edad al saber que su pueblo recibía un lauro deportivo de envergadura nacional, también comprendió que sus sueños de futbolista no eran imposibles y que había un camino trazado para otra generación que quisiera repetir hazañas semejantes o superiores.

Mariano Loo Granda llegó a los 17 años al Alianza Lima cuando entonces lo entrenaba Carlos Gómez Sánchez, de las pampas de Huarmey a la cancha de Alianza Lima en la Victoria en donde jugó con figuras como Perico León, Pitin Zegarra, Juan de la Vega, Jesús Escate, Grimaldo, “el chino” Hiraoka, Adolfo Riquelme (Paraguayo). Jugando en el Club victoriano tuvo su primera lesión de consideración, pues le encontraron dos vértebras desviadas, el médico de la institución le manifestó que era preferible que abandonara el fútbol, entonces el adolescente futbolistas regresó a su amado pueblo enyesado desde el pecho a la espalda que lo tenía aprisionado como el caparazón de una tortuga y la situación se tornaba más desesperante y angustiante; pues se encontraba en pleno verano, terminó arrancándose la coraza en un momento de ofuscamiento o desesperación con las consecuencias que ello implicaba. Con el tiempo se recuperaría del todo y volvería a las canchas porque el fútbol era su absoluta pasión, se efervescente juventud y las ganas de rehabilitarse contribuyeron a que esa lesión se quedara definitivamente en el olvido.

Nuevamente en los terrales del barrio 2 de Mayo y en el popular equipo volvían los días de fútbol doméstico, de las arremetidas veloces por ambas bandas, de los remates de izquierda y derecha con igual facilidad o potencia, del amor a la camiseta y al deporte; para conseguir el sustento diario trabajaba de pescador en lanchas que entraban temprano a la mar y regresaban a media tarde y luego seguir jugando fútbol con sus amigos pescadores. Los días y las horas se sucedían en el remanso del puerto y el sol brillaba sobre la vegetación del valle que es rico en sol, frutas, campo y mar.

Hijo de José Loo Chang inmigrante chino que falleció a los 72 años, que trabajó en el campo por años, hasta que puso la primera panadería del pueblo y de Alejandra Granda Palacios migrante del interior que falleció a los 99 años en enero del 2013.

Cuenta Mariano Loo que cuando era niño veía las fotos de los futbolistas que aparecían en los periódicos y revistas que admiraba y desde entonces él soñaba ser como ellos, estar en un equipo de estos y ser fotografiado en los periódicos, y con el tiempo este tipo de experiencias se fueron sucediendo en el fútbol profesional.

Un día el Ingeniero Garay amigo personal que trabajaba en el Banco Agrario de Piura viéndolo jugar fue quien lo motivó a ir a jugar al Atlético Grau, el equipo que desde entonces capitaneaba otra gloria del Fútbol provinciano Juan “Meleque” Suárez y contaba también en sus filas a Juan Seminario, allá llega Mariano Loo pero aclarando que iba solo por un mes, pues entonces en la pesca ganaba cuatro mil soles mensuales y que por menos de ese dinero no podía quedarse lejos de su tierra, Cuando debuta recibe el bautizo de los compañeros del equipo que en pleno juego le decían que estaba “muy amarrado” y durante todo el partido lo hacían correr para un lado y otro pero no le cedían el balón por ningún motivo ni siquiera por casualidad, por lo que al terminar el primer tiempo Mariano Loo explotó, inclusive discutió con aquel jugador que le dijo “estás muy amarrado”, luego de la gresca Mariano Loo se despidió y se regresó a su pueblo natal. Aquel partido del debut había sido entre Atlético Grau de Piura y el Juan Aurich de Chiclayo, que como bien podrá comprenderse era un tradicional clásico norteño.

Vuelve Mariano Loo a vestir la camiseta del Atlético Grau de Piura, cuando el Presidente del Club Orlando Balarezo Calle reprendió a los jugadores que no permitían que Loo desarrollara su juego, le pagan los cuatro mil soles convenidos. Y debuta ante el Deportivo Municipal que traía entre sus jugadores al “Cholo” Sotil. Destacan en el partido Sotil y Mariano Loo a quien en su casa, en el barrio y en Huarmey se le conoce como “Chito”, pero que nacionalmente se le conoce como “el chino” Mariano Loo, entonces iban a jugar El Atlético Grau de Piura y Alianza Lima, Mariano Loo estaba ya en el engramado de juego, cuando le anuncian que no puede jugar porque antes había firmado como futbolista amateur para el Alianza Lima por lo que quedaba inhabilitado para jugar esa fecha y las siguientes, Alianza Lima que lo había hecho firmar como amateur pedía por sus pase la friolera de cincuenta mil soles oro, en conclusión “el chino” no pudo jugar el resto del año por lo que volvió a su entrañable terruño refugio de sus añoranzas, alegrías y penas. Nuevamente a las calles de Huarmey, a las playas del puerto y al mar para pescar. Acaso también a leer ese pequeño libro de poemas que por ser pequeño y portátil un día de tanto cargarlo consigo o llevarlo de una lugar a otro se le extravió para siempre y en donde se aprendió de memoria ese poema del poeta español Rafael de León “Penas y alegrías del amor” y que ha tenido la gentileza de recitármelo de cabo a rabo mientras conversábamos como viejos amigos que recién se conocen en las calles y avenidas de Huarmey:

Mira como se pone la piel

Cada vez que te recuerdo...

Por la garganta me sube

Un río de sangre fresco

De la herida que atraviesa

De parte a parte mi cuerpo.

Tengo clavos en mis manos

Y cuchillos en mis dedos

…y en la sien una corona

Hecho de alfileres negros.

Mira como se me pone la piel

Cada vez que me acuerdo

Que soy un hombre casao

Y sin embargo te quiero.

Entre tu casa y mi casa

Hay un muro de silencio

De ortigas y de chumberas,

De cal, de arena y de viento,

De madreselvas oscuras

Y de vientos en acecho.

Un muro para que nunca

Lo pueda saltar el pueblo

Que esta rondando la llave

que guarda nuestro secreto.

Yo sé bien que me quieres!

¡Y tú sabes que te quiero!

¡Y lo sabemos los dos

Y nadie puede saberlo!

¡Ay pena penita pena

De nuestro amor en silencio!

(Fragmentos de “Penas y Alegrías del amor” de Rafael de León)

El atardecer en los veranos de Huarmey no es como los de Lima o los del sur, no son mejores ni superiores más bien diferentes, más bien serenos y tranquilos y yo converso con uno de sus hijos predilectos mientras transcurren las horas. Y en ese devenir del tiempo el ex futbolista cuenta que superado el trámite burocrático pelotero, vuelve nuevamente a su eterna pasión: el fútbol. Y vuelve al Atlético Grau de Piura en donde ese año sale goleador de fútbol profesional. Lo que le permite ser solicitado por otros equipos uno de esos fue el Deportivo Arica de Lima que entonces dirigía “El oso” Marcos Calderón equipo con el que Mariano Loo juega su primera Copa Libertadores de América y de quien recibió sabios consejos como entrenador y estratega que nunca olvidó. Posteriormente juega en el Sport Boys del Callao, equipo del cual se hace hincha, aquel en donde estaba el “Cachorro” Gardella, Pedro Bonelli, Luis Stuki, Durante más de dos años reside en el primer puerto abarrotado de casas viejas en el Centro, jugando en el Sport Boys Mariano Loo tiene como entrenador entonces a Zózimo excelente estratega brasilero. Y llega el momento de jugar en el Unión Huaral, que gana el campeonato nacional convirtiéndose en el primer equipo provinciano que obtiene el título profesional de manera inobjetable. Era el Unión Huaral de Pedrito Ruiz, Teodoro Wuchi, Luis Pau, Eusebio Acasuzo, Walter Escobar, César Cáceres, Eduardo Rey Muñoz, José Cañamero, Mariano Loo. Unión Huaral cumple una destacada participación en la Copa Libertadores, Mariano Loo es convocado por Didi a la selección nacional de los setenta pero no llega quedarse en el plantel que viaja a México 70. Cuelga los chimpunes a los 38 años para volver a Huarmey que siempre fue su lugar de querencia, ensueño y afecto, pero también por el amor a sus padres, a su familia, a sus hijos y a su tierra.

Huarmey siempre fue su permanente puerto, lugar apacible en donde crece la felicidad frente al mar; pero como la cabra siempre tira para el monte, el cantor a los caminos, el futbolista vuelve a darle al balón esta vez como estratega Mariano Loo dirige un bisoño y entonces desconocido equipo: Pesca Perú, que se convierte en la sensación de la liga y que obtiene por vez primera para Huarmey el campeonato regional y el derecho de participar en la Copa Perú llegando a disputar los primeros lugares en finales de los años ochenta, pero las argollas, las roscas y mafias criollas impidieron que el fútbol profesional llegara entonces a un pequeño pueblo enclavado en el desierto de algo más de cinco mil habitantes en aquellos tiempos. ¿Qué negocio iba a ser para Universitario de Deportes, Alianza Lima, Sporting Cristal o el Boys? Llegar a Huarmey por aquellos días. Ahora bien podría ser distinto, pues el pequeño pueblo del norte ahora es una emergente ciudad cuya población sobrepasa holgadamente los cuarenta mil habitantes.

Mariano Loo que recibió lecciones de Carlos Gómez Sánchez, Didí, Marcos Calderón, Zósimo, Moisés Barack y otros entrenadores supo transmitir sus conocimientos, técnicas y tácticas a una generación nueva de excelentes futbolistas huarmeyanos. Eran otros tiempos, también muy buenos tiempos, como muy bien dice Mariaano Loo: “En esos tiempos se jugaba más y se ganaba menos, diferente a estos tiempos en donde se gana más pero se juega menos” no sé por qué me suena eso a Lao Se o a Con fu sio.

Carlos Alfonso Rodríguez

Lima 22 de Abril de 2013